Bueno ahora vamos a pasar a lo que nos interesa:
Hace un tiempo, los Irregulares de Baker Street, (que por si no lo sabéis somos Gio de Gio reads, Ricardo de Elige un libro y yo) planeamos hacer una entrada para celebrar que se iba a estrenar la nueva temporada de Sherlock (la cuarta yesssss, qué nervios). A Ricardo se le ocurrió hacer una especie de fanfic sobre lo que creíamos que iba a pasar en la nueva temporada.
Bueno se nos fue un poco de las manos creo yo y nos apartamos de eso jaja pero sí, más o menos es eso, un fanfic de la serie de Sherlock ambientado en "nuestra" nueva temporada.
Esta es la tercera parte del fanfic, Ricardo escribió la primera y Gio la segunda. Os dejo aquí los enlaces para que los leáis también y podáis entender un poco el fanfic:
Primera parte: Elige un libro -The Six Books
Segunda parte: Gio reads -Invisible
Tercera parte: Foreverland. El paraíso para siempre -Familia
Aquí está, el título es
FAMILIA:
Punto de vista de John Watson:
No sé cuántos días llevo aquí. Mi último recuerdo antes de
entrar a esta habitación acolchada son los ojos de Sherlock, su mirada confusa
antes de desmayarse. Moriarty está jugando con nosotros, lo lleva haciendo
mucho tiempo. Todo el caso del "ladrón lector" lo hizo para llamar
nuestra atención y poder atraparnos.
Tras la explosión de la segunda casa, me desmayé. Cuando me desperté estaba atado de pies y manos como un animal y Moriarty entró a amenazarme a mí y a mi familia. Nos obligó a ignorar a Sherlock, a hacer una pantomima y fingir no verle, ya que si le dirigíamos aunque fuera solo una mirada acabaría con nuestra hija. Pero no solo contento con eso, intentó obligarme a dispararle. Aún me persiguen los gritos desesperados de Sherlock, y cada vez que cierro los ojos le veo cayendo inconsciente. Desobedecerle me ha costado muy caro, de vez en cuando oigo a Mary gritar y solo puedo desear que nuestra pequeña Rosamund esté bien.
Tras la explosión de la segunda casa, me desmayé. Cuando me desperté estaba atado de pies y manos como un animal y Moriarty entró a amenazarme a mí y a mi familia. Nos obligó a ignorar a Sherlock, a hacer una pantomima y fingir no verle, ya que si le dirigíamos aunque fuera solo una mirada acabaría con nuestra hija. Pero no solo contento con eso, intentó obligarme a dispararle. Aún me persiguen los gritos desesperados de Sherlock, y cada vez que cierro los ojos le veo cayendo inconsciente. Desobedecerle me ha costado muy caro, de vez en cuando oigo a Mary gritar y solo puedo desear que nuestra pequeña Rosamund esté bien.
Jamás habría podido disparar a Sherlock, porque sería como
dispararme a mí mismo. Sherlock es una parte muy importante de mi vida, sino la
que más. Esos dos años en los que pensé que estaba muerto fueron los peores de
mi vida, me sentí muerto yo también y solo Mary pudo hacer que continuara con
mi vida. Cuando volví a verle sentí una gran alegría mezclada con rabia y
dolor, alegría porque me sentí renacer, rabia por lo mal que me lo había hecho
pasar y dolor porque no había confiado lo suficiente en mí como para decirme
que estaba vivo. Sherlock tiene ese poder en mí, puede hacerme sentir miles de
emociones a la vez y con una intensidad que harían sombra al mismo sol.
Mary por el contrario me reporta tranquilidad, me hace sentir seguro, me adormece. Con Sherlock todo es adrenalina y pasión, con Mary, aunque en los últimos tiempos hemos tenido nuestros altibajos, todo es seguridad y serenidad.
Mary por el contrario me reporta tranquilidad, me hace sentir seguro, me adormece. Con Sherlock todo es adrenalina y pasión, con Mary, aunque en los últimos tiempos hemos tenido nuestros altibajos, todo es seguridad y serenidad.
Nunca podría renunciar a Sherlock, por mucho que lo intente,
es el único que me hace sentir vivo, el corazón que impulsa sangre a mi cuerpo
y jamás sería capaz de acabar con su latido.
Por eso soporto tan bien esta celda acolchada, lucho por él.
Por él, y por Mary y mi hija. Ellos lo son todo. Y si consigo sobrevivir a esto
podré salvarlos, tengo que ser fuerte por ellos.
Ya ni siquiera noto el dolor en la garganta, mis gritos son
algo intermitente, ni siquiera sé lo que digo, aunque de vez en cuando se me
atraganta la sílaba -sher- y entonces me doy cuenta de que digo su nombre. La
camisa de fuerza me raspa los brazos y me corta la circulación, no estoy en
condiciones de luchar pero mis pensamientos están fijos en lo que haré cuando
abran la puerta.
He buscado algo que pueda usar como arma en la habitación, pero Moriarty ha pensado en todo, es una habitación acolchada, no hay nada que pueda usar. Solo cuento con mi cuerpo, con mis años en el ejército y con que pensar en mi familia me dé la fuerza suficiente para cargar contra cualquiera.
He buscado algo que pueda usar como arma en la habitación, pero Moriarty ha pensado en todo, es una habitación acolchada, no hay nada que pueda usar. Solo cuento con mi cuerpo, con mis años en el ejército y con que pensar en mi familia me dé la fuerza suficiente para cargar contra cualquiera.
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Todos mis planes huyen de mi mente cuando se abre la puerta
y veo recortada una silueta que conozco mejor que la palma de mi mano.
Sherlock se acerca a mí, sé que está diciendo algo porque le veo mover los labios, pero mis oídos no le escuchan. Pone su mano con cuidado en mi hombro y debo hacer una mueca de dolor porque la aparta rápidamente y sus ojos se llenan de tristeza. Me ayuda a levantarme y me permite apoyarme en él, aunque no creo que tenga muchas más fuerzas que yo. Solo siento un inmenso alivio mientras salimos de la sala.
Sherlock se acerca a mí, sé que está diciendo algo porque le veo mover los labios, pero mis oídos no le escuchan. Pone su mano con cuidado en mi hombro y debo hacer una mueca de dolor porque la aparta rápidamente y sus ojos se llenan de tristeza. Me ayuda a levantarme y me permite apoyarme en él, aunque no creo que tenga muchas más fuerzas que yo. Solo siento un inmenso alivio mientras salimos de la sala.
En el pasillo hay dos cadáveres cubiertos de sangre. Por un momento
no los reconozco, pero el pelo oscuro de Irene despunta por el suelo y la cara
de Moriarty está congelada para siempre en una mueca diabólica. Los dos han
muerto. Me pregunto qué pensará Sherlock sobre Irene, ella siempre pareció ser
muy importante para él. Los ojos le brillan con las lágrimas que quieren salir,
pero aparta la vista y centra su atención en mí. Recoge del suelo algunas
herramientas, ¿armas? No lo sé. Me ayuda a quitarme la camisa de fuerza y
recoge su abrigo del suelo con el que tapa el cadáver de Irene. Es una
silenciosa despedida, el último gesto de cariño hacia Irene.
Caminamos en
silencio, el uno apoyado en el otro. No salen a nuestro encuentro guardias de
ningún tipo, el lugar parece abandonado. Cuando salimos del pasillo me doy
cuenta de que estamos en una especie de fábrica abandonada. Llamamos a gritos a
Mary, esperando que esté cerca. Finalmente oímos sus gritos al otro lado de la
fábrica. Se oyen disparos y corremos con nuestras últimas fuerzas hasta allí.
La puerta de la sala está entornada, Sherlock la empuja con un pie y me pone detrás de él. Cuando entramos se me salen los ojos de las órbitas, uno de los hombres de Moriarty se desangra en el suelo y Mary se alza triunfante con Rosamund en sus brazos. Lloro de felicidad y corro a abrazarlas. Beso a mi pequeña en la cabeza y le pregunto con la mirada a Mary si está bien. Ella asiente. Por supuesto, es mucho más fuerte de lo que parece. Me coloco a Rosamund en brazos y cuando estoy saliendo de la sala oigo otro disparo.
La puerta de la sala está entornada, Sherlock la empuja con un pie y me pone detrás de él. Cuando entramos se me salen los ojos de las órbitas, uno de los hombres de Moriarty se desangra en el suelo y Mary se alza triunfante con Rosamund en sus brazos. Lloro de felicidad y corro a abrazarlas. Beso a mi pequeña en la cabeza y le pregunto con la mirada a Mary si está bien. Ella asiente. Por supuesto, es mucho más fuerte de lo que parece. Me coloco a Rosamund en brazos y cuando estoy saliendo de la sala oigo otro disparo.
Me
giro a tiempo de ver a Mary caer al suelo. No sé cómo ha sucedido. Ha sido
demasiado rápido. Oigo gritar a Sherlock que le pega un tiro al hombre
moribundo y se tira del pelo con la pistola aún en la mano. Me acerco a Mary
que se desangra en el suelo, la murmuro que todo va a ir bien, pero soy médico
y sé que esa herida es incurable. Acabará con ella, como mucho la quedan dos
minutos. La acuno en mis brazo aún con Rosamund conmigo y ella me murmura que
la cuide. Solo puedo asentir, soy incapaz de hacer nada por ella. Mary da un
beso de despedida a nuestra hija y su mirada se queda perdida. Ha muerto.
Me oigo gritar como si estuviera muy lejos de aquí. He
perdido a mi mujer. Pensaba que estaba preparado para afrontarlo pero no es
verdad. Sherlock me grita que me levante, que aún corremos peligro pero yo solo
quiero quedarme con Mary. Le cierro los ojos, así solo parece que esté
durmiendo. Tal vez si pasa un rato se despertará y volverá a bromear conmigo,
cogerá a Rosamund en brazos y volveremos a casa todos felices. Sherlock tira de
mí y me levanta, me arrebata a mi hija y me golpea con fuerza. El llanto de mi
hija me hace reaccionar. Ya no puedo hacer nada por Mary pero sí por ella.
Corremos más rápido y salimos de la fábrica.
Corremos más rápido y salimos de la fábrica.
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No dejamos de correr hasta que
estamos seguros de que no nos persigue nadie. Miro a Rose que ha dejado de
llorar, tiene los mismos ojos que su madre, de un azul verdoso que me encanta.
Ha perdido mucho hoy, pero su mirada me pide que siga adelante por ella, que no
estoy solo. Alzo la vista hacia Sherlock que ya no esconde sus lágrimas y ha
dado rienda suelta a su llanto. Él y mi hija son lo único que me quedan en el
mundo.
Y no sé por qué, pero en ese instante dejo de lado mis prejuicios, mi
miedo, mi inseguridad y cuando le miro a esos ojos de un azul intenso no lo
dudo ni un segundo más y le beso. Pongo todo de mí en ese beso, mi ira, mi
frustración, mi dolor... Pero también mi deseo, el amor que siento por él, lo
mucho que me importa. Y él no se resiste, casi parece que llevaesperando
este momento desde hace años. Me atrae más hacia sí con cuidado de que Rosamund no
se caiga y en ese momento siento lo bien que encajamos. Cómo sus manos parecen
hechas para tocarme así, tan despacio, recorriendo cada una de las líneas de mi
cara con ternura. Mientras que con una mano mantengo a mi hija utilizo la otra
para pasar mis dedos por su pelo, algo que he querido hacer desde que le
conocí, por esos rizos tan rebeldes y suaves; y recorro también las duras
líneas de su mejilla, tan afiladas que pienso que podría cortarme. Paramos a
recobrar aliento y nos miramos a los ojos por lo que parece una eternidad.
Finalmente Sherlock se agacha a besar en la frente a mi hija, y en ese momento,
después de haber perdido todo lo que pensaba que iba a ser mi futuro, me doy
cuenta de que aún puedo tener uno.
Un año después
Me despierta el olor a tortitas. Qué raro, ¿Sherlock
cocinando? Me da miedo que incendie la casa, una vez casi lo hizo para probar
cómo de inflamable era un líquido. Muchas veces me desespera con sus
experimentos, pero tras haber vivido con él durante tanto tiempo estoy
acostumbrado. Solo espero que no haya dejado a Rosamund al lado de la
vitrocerámica. Me pongo los zapatos y una bata encima y bajo las escaleras.
En
la cocina está la Señora Hudson cocinando (menos mal) y Sherlock intenta arrebatarle
a Rosamund de las manos a Mycroft. Los dos hermanos aún no han conseguido
superar sus diferencias, pero nuestra hija le cae muy bien a Mycroft así que
algo es algo. Sherlock me ve entrar y se me acerca de inmediato.
-La Señora
Hudson ha invadido nuestra cocina. Dice que no somos lo suficiente responsables
y que si queremos criar a la pequeña Watson debemos vivir en un ambiente más
seguro. Pero John, ¿acaso no te parece seguro nuestro hogar? Yo considero que
sí, y Watson junior es muy feliz-me aborda Sherlock sin dejarme ni saludar..
Solo puedo reírme en respuesta y sacudir la cabeza. Es verdad que nuestro hogar
no es el más seguro para una niña de casi dos años, y que nuestra vida no es la
más normal, pero no hay un solo lugar en el mundo en el que Rosamund y yo
pudiéramos ser más felices.
Mycroft deja a Rosamund en el suelo que viene hacia mí con ese andar tan lindo que tienen los niños que aún están aprendiendo a andar. Sherlock se empeña en decir que su hija es más lista que los demás niños porque ya es bastante capaz de andar y ha demostrado que sabe decir unas cuantas palabras, aunque si la insistes se cierra en banda y solo te hace pedorretas.
Mycroft deja a Rosamund en el suelo que viene hacia mí con ese andar tan lindo que tienen los niños que aún están aprendiendo a andar. Sherlock se empeña en decir que su hija es más lista que los demás niños porque ya es bastante capaz de andar y ha demostrado que sabe decir unas cuantas palabras, aunque si la insistes se cierra en banda y solo te hace pedorretas.
Yo creo que Sherlock solo quiere que su hija sea la mejor y que se parezca a
él; dice que aunque no tenga su sangre es como si lo hiciera, y que está seguro
de que será incluso mejor que él cuando sea mayor. Yo solo quiero que sea
feliz. Su madre murió cuando era muy pequeña así que no sé si podrá echarla de
menos, pero quiero que la recuerde con cariño, ella la quiso mucho incluso
antes de nacer, y ahora sus dos padres también la quieren más de lo creíble. Es
nuestra pequeña.
-John, Lestrade ha llamado y dice que tiene un caso, un
asesino en serie. He pensado que sería un buen primer caso para Rosamund-me
dice Sherlock interrumpiendo mis pensamientos. Lleva empeñado en que la
llevemos a una escena del crimen desde que empezó a gatear.
-Sher, sigue siendo un bebé, sí un bebé muy listo pero aún
así aunque te dijera que sí dudo que la dejen entrar en la escena del
crimen-respondo intentando hacerle entrar en razón. Pero antes de que abra la
boca sé que ya he perdido.
-Mi hija es más lista que Lestrade y aún no tiene ni dos
años, y a él le dejan ir a la escena del crimen, así que ¿por qué no a mi
pequeña Rosamund?- se dispone a marcar el número de Greg antes de que abra la
boca y me rindo.
Al fin y al cabo esta es nuestra vida. Rosamund no tiene una
vida normal, Sherlock Holmes y John Watson son sus padres, ¿qué podría esperar?
Sonrío y sacudo la cabeza cuando oigo a Sherlock discutir
por teléfono con Lestrade, la Señora Hudson me acerca unas galletas y me
recuerda que no es nuestra sirvienta pero Rosamund elige ese momento para
llamarla "baba" y ella sonríe sin poder evitarlo. Sin duda, Rosamund
ha debido de sacar algo de Sherlock.
Mycroft pone los ojos en blanco pero también la hace carantoñas
mientras que ella intenta cogerle una galleta de la mano.
Sonrío ampliamente, feliz por fin, con Sherlock y Rosamund a
mi lado mi vida está completa.
FIN
Espero que os haya gustado y sobre todo que disfrutarais con nuestra colaboración. La foto de promo fue cosa de Gio que ella sí que controla más la informática <3
Decidme cómo lleváis la espera de la nueva temporada, yo personalmente estoy que me tiro de los pelos.